El 5-0 que Chivas le propinó a las Águilas pasó a los registros como el marcador más abultado en el duelo más importante del futbol mexicano. En esta edición, en la que América llega como el mejor equipo del torneo y el Rebaño arrastra una profunda crisis deportiva, la venganza podría llegar. La mesa está puesta.
Los de Coapa le sacan 20 puntos de ventaja a los rojiblancos, llegan como líderes generales, como Campeones vigentes y con ocho victorias consecutivas en casa.
Aquel 25 de agosto de 1996 dejó una herida profunda en el americanismo. Fue un domingo a las 12:00 horas en el Estadio Jalisco.
América era dirigido por Ricardo La Volpe y sumaba un triunfo y una derrota; las Chivas, con Ricardo Ferretti, arribaban al Clásico con un triunfo y un empate. Las Águilas contaban con jugadores de la talla de Oswaldo Sánchez, Raúl Gutiérrez, Raúl Gordillo, Kalusha, Joaquín del Olmo y Luis García. Sergio Pacheco celebra su anotación.
El Rebaño tenía un grupo que dejó huella, encabezado por Ramón Ramírez, Claudio Suárez, Alberto Coyote y Joel Sánchez. América salió a la cancha prácticamente con un gol en contra. A los 4’, Ramírez abrió el marcador; casi de inmediato, al 14’, Luis García fue expulsado por Arturo Brizo, tras una patada sobre el ‘Tiburón’ Sánchez. Ahí se definió todo.
A los 28’, Sergio Pacheco marcó el 2-0 a pase de Paulo César ‘Tilón’Chávez. La Volpe intentó cambiar la cara de su equipo; sacó a Kalusha y Javier Margas, para que entraran a Cuauhtémoc Blanco y Pedro Pineda. Gabriel García fue otro de los verdugos.
Los cambios no funcionaron y Chivas terminó por aplastar a las Águilas. Tilón Chávez marcó el tercero y Gabriel García consiguió un doblete para sentenciar el 5-0. La Volpe no fue despedido de inmediato.
El 7 de septiembre dirigió ante el Puebla, que lo venció 1-0 y la directiva, encabezada por Pablo Cañedo, tomó la decisión de poner fin a ese proyecto.
Carlos de los Cobos entró al relevo, pero sólo ganó tres duelos y las Águilas no clasificaron. Por su parte, las Chivas de Salvador Martínez Garza comenzaron con el pie derecho el mandato de Ricardo Ferretti, que casi un año después le dio al Guadalajara su título número 10.
Si quieren borrar de la mente de los aficionados ese triste episodio, Miguel Herrera y su equipo deben demostrar mañana porqué son los líderes indiscutidos del Apertura 2013; 17 años después, las Águilas tienen todo puesto para cobrar esa afrenta. Las Chivas, en tanto, apelarán a su historia y orgullo para salir bien libradas del Azteca.
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